domingo, 28 de mayo de 2017

ACTUALIZACIONES DE TEORÍAS INFANTILES

CRISIS DE LA INFANCIA MODERNA Y NUEVAS CONFIGURACIONES DE LA METÁFORA DE LA INFANCIA

A partir, especialmente, de las metáforas de la infancia hiperrealizada e infancia desrealizada, desarrolladas por Mariano Narodowski, el artículo discute la superposición de esos polos de resignificación de la infancia actual. Más precisamente, al mirar hacia una descripción de la vida cotidiana de un niño para una producción fílmica reciente, el análisis apunta que, en lugar de polos entre los cuales se deslizarían las configuraciones de lo infantil, cada vez más se establecen mutuos contagios en el interior de uno y de otro polo. De modo específico, en lo que se refiere a la infancia desrealizada, destacamos un aspecto más amplio: un movimiento discursivo de un espacio de inteligibilidad moderna, garantiza su puerta de entrada a ella. O sea, al mismo tiempo, construir la perdición de la infancia, implica la tentativa de restaurar los sentidos y los sentimientos que por mucho tiempo le atribuimos.


 INFANCIA, UNA CONSTRUCCIÓN DE LA MODERNIDAD

La modernidad, parece ser el punto de confluencia en donde surge una imagen acaba de la infancia que se proyecta hasta nuestros días en los cuales, comienza a advertirse cierto quiebre en esta construcción.
En la antigüedad romana, tal como señala Philippe Aries, la vida era dada dos veces, la primera, al salir del vientre materno, y la segunda, cuando el padre lo elevaba. Ésto es coherente con la importancia de los vínculos electivos en la antigüedad respecto a los sanguíneos. Esta situación, comienza a cambiar a partir de los siglos II y III (no por méritos del cristianismo, sino en tanto que los cristianos se apoderaron de la nueva moral) surge un nuevo modelo de familia, que repercute en el niño. Los vínculos carnales, comienzan a ser importantes, en efecto, el matrimonio, comienza a predominar sobre otras formas de unión. De esta forma, la fecundidad adquiere un valor determinante y va a preparar a muy largo plazo la función que desempeñará el niño.

La infancia en la Edad Media
En la edad media, el poder del individuo no depende del rango sino del número y cantidad de su clientela, la cual, se funde con la familia y como los lazos de sangre son los que mejor asegurar la lealtad, se potencia la revalorización de la fecundidad.
El infanticidio, por ejemplo, practicado con frecuencia en la antigüedad, es catalogado como un delito, si bien estas prácticas subsisten vergonzosamente.
Pero la infancia, a lo largo de la Edad Media, permanece en las sombras, es a partir del siglo XIV donde comienza a concederse cierta importancia a la infancia, que recién llegaría a verse descubierta completamente en el Emille de Rosseau.
A partir del siglo XVI, en efecto, los niños adquieren valor en sí mismos, Aries señala. El modo de vestir, que, en contrapartida con lo que sucedía en tiempos medievales, se diferencia del atuendo de los adultos.
De este modo, fundamenta Aries que, la infancia es una construcción histórica que termina de ser elaborada en la modernidad. No es natural sino una elaboración histórica.
En el siglo XVII, comienza a configurarse la ternura en función de la infancia, sin embargo, existe un sentimiento bifronte que contrapone dicha ternura con la severidad que supone la educación. Del siglo XVIII al siglo XVIII, se ha manifestado una revolución en la afectividad que parece expresarse o simbolizarse a través de la infancia: la muerte infantil, durante mucho tiempo provocada luego, solamente aceptada, ha llegado a ser intolerable.
La afectividad, según Gélis, es un elemento a tener en cuenta, respecto al nuevo modelo de niño que surge en la modernidad. Por ejemplo, señala respecto a esto, los textos que refieren a que el niño es más "despierto y maduro".
Por otra parte, la transición de la familia troncal (en la que el individuo no vale sino en función del cuerpo de pertenencia) a la familia nuclear, en coincidencia con el traspaso de la educación a la escolarización, tiene el objeto de integrar al niño así como potenciar el desarrollo de sus capacidades. La familia, al amparo de la Iglesia y el Estado, delegaba su responsabilidad educadora.
Gelís señala como la infancia idealizada se trasluce en dos modelos (tal vez complementarios) a través de la mistificación (santidad) así como el del niño laico excepcional (prodigio). En efecto, el deseo de tener hijos, deja en la modernidad de ser tan sólo una necesidad para garantizar permanencia, sino simplemente la oportunidad de amarlos y dejarse amar por ellos.

El niño en la modernidad
En la modernidad, la pedagogización de la infancia da lugar, a un infantilización de parte de la sociedad. Esto significa que se pone en marcha un proceso a través del cual. La sociedad comienza a amar, proteger y considerar a los niños ubicando a la institución escolar en un papel central. Infantilización y escolarización aparecen en la modernidad como dos fenómenos paralelos y complementarios.
Baquero y Naradowski, concluyen que la infancia es una construcción de la modernidad puesto que parte de la población se hace acreedora de una serie de características que serán condensadas en ciertas instituciones, así como la determinación de parámetros de limitación en los discursos científicos y normativos.


La crisis de la infancia moderna
La concepción actual de la infancia, no es natural o dada. Como sucede con otras elaboraciones de la cultura, nos resultan tan obvias que olvidamos que devienen de un proceso histórico que las fue configurando. La modernidad, parece ser el punto de confluencia en donde surge una imagen acabada de la infancia que se proyecta hasta nuestros días en los cuales, comienza a advertirse cierto quiebre en esta construcción.
En la modernidad, la pedagogización de la infancia da lugar, a un infantilización de parte de la sociedad. Esto significa que se pone en marcha un proceso a través del cual la sociedad comienza a amar, proteger y considerar a los niños ubicando a la institución escolar en un papel central. Infantilización y escolarización aparecen en la modernidad como dos fenómenos paralelos y complementarios.

Baquero y Naradowski, señalan que la infancia es una elaboración de la modernidad y que dicha construcción, atraviesa actualmente por una crisis. En efecto, los modelos a los que refería la educación moderna, parecen desvanecerse el contexto actual.
Se menciona, por ejemplo, que el niño poseería en nuestros días un acceso a los medios de comunicación en el cual la información llega hacia él en la misma medida del adulto. Ya no existiría esta separación tajante entre el mundo infantil y el del hombre, tal como lo formulaba Rousseau. Entonces, la infancia pasiva, en la cual, gradualmente, el niño era iniciado al mundo adulto merece una revisión. Es así que las diferencias entre estos dos mundos, sólo pueden ser controladas dentro del espacio escolar, que es claramente "artificial" de la escolarización. Pero el mundo infantil, fuera de la escuela, se ha modificado.
En mi opinión, creo que estamos viendo el nacimiento de una nueva infancia. Por un lado, la revolución de las comunicaciones y la simplificación en la operación de la tecnología de la información, han colocado a los niños en una posición de igualdad frente a los adultos. Es cierto que la escuela no es ya el único ámbito en donde circula el saber, a menudo, muchas veces, esta aparece "corriendo" por detrás de lo que los niños ya han aprendido en otros espacios3.
Finalmente, se observa que si bien la autonomía de la infancia parece acelerarse y mientras se potencia la estimulación de los niños propiciando un desarrollo que modifica las normas del pasado, vemos como se anticipa la adolescencia, demorándose sin embargo, cada vez, más el proceso de autonomía que insertará definitivamente al joven en la sociedad adulta.
G.C.
Bibliografía:
ARIES, PHILIPPE (1993), "La infancia", en Revista de Educación N° 254, España..
BAQUERO, R Y NARODOWSKI, M. (1990), "Normatividad y Normalidad en Pedagogía", en: Revista Alternativas Año IV, Nº6, U. Nac. Del Centro, Tandil, Argentina, pp. 35-46.
BAQUERO Y NARODOWSKI (1994), "¿Existe la infancia?", en: Revista IICE Año III Nº 6, Miño y Dávila, Bs.As. pp. 61-67.
GÉLIS, JACQUES (1994), "La individualización del niño", en: Aries, P. Y Duby, G., Historia de la vida privada, Tomo 4, Taurus, Barcelona.
NARODOWSKI, M. (1994), "Cap. 2: El imperio del orden", en: "Infancia y Poder La conformación de la Pedagogía Moderna", Editorial Aique, Bs.As., pp. 61-107.
NARODOWSKI, M. (1993), "Cap. 3:"La pedagogización de la infancia" en: "Infancia y Poder", Aique Bs. As. pp. 109-132

PRINCIPALES TEORIAS

Freud y Erikson tenían sus propias teorías sobre el desarrollo de la personalidad, con la teoría de Erikson es una rama de la de Freud. Las teorías se dividen en etapas de la vida de una persona según su edad y cómo una persona va adaptarse y prosperar como un adulto si una determinada calidad o característica se adquiere en cada etapa. Ambas de estas teorías son muy similares, ya que ambos tienen muchos de los mismos grupos de edad de división para el desarrollo. Sin embargo, hay varias diferencias que quedan entre los nombres de las etapas y los problemas de desarrollo que se encuentran dentro de ellos. Cada psicólogo tiene su propia visión de la fuerza impulsora detrás de acciones de un ser humano, que muestra a través de sus teorías individuales.

Etapas psicosexuales de Freud

Freud creía que una persona sólo fue motivada por el deseo de satisfacer necesidades biológicas. Su teoría contiene cinco diferentes etapas psicosexuales, comenzando en el nacimiento y termina a los 18 años. Creía que si una persona no experimenta una satisfacción particular en cada etapa, la persona será ser fijado en el escenario y llevar algunos ups caída psicológica con él o ella en la edad adulta. Las etapas de Freud son oral (del nacimiento a 1 año), anales (1 a 3 años), fálicos (3 a 6 años), latencia (7 a 11 años) y genital (12 a 18 años). Un ejemplo de una fijación sería si un niño no recibe suficiente alimentación, él o ella tendría una fijación oral más adelante en vida, que tal vez se manifiesta por una adicción a cigarrillos o comida.

Teoría psicosocial de Erikson

Teoría de Erikson se basa en Freud, excepto Erikson amplía los elementos más sociales o culturales que pueden afectar el desarrollo de la personalidad. Su teoría incluye también, ocho etapas en lugar de cinco. Etapas de Erikson son confianza básica vs desconfianza (del nacimiento a 1 año), autonomía vs vergüenza y duda (1 a 3 años), iniciativa vs culpa (3 a 6 años), industria vs inferioridad (de 7 a 11 años), identidad vs confusión de rol (12 a 18 años), a la intimidad frente a aislamiento (20 años), vs.self-absorción de generatividad (finales años 20 a 50) e integridad vs desesperación (años 50 y más viejo.) Según Erikson, si un niño de 2 años es de confianza y para explorar su propio ambiente, un sentido de independencia o autonomía, será adquirida.

Principales diferencias


Una diferencia importante en las dos teorías es donde se pone el énfasis del desarrollo. Para Freud, es totalmente sobre la biología de una persona y las necesidades básicas que impulsan. Freud no pone ningún énfasis en las influencias culturales o ambientales como Erikson. Él señaló a un órgano específico a cada etapa de desarrollo, mientras que Erikson miraba el problema a una escala más amplia, incorporando el entorno de una persona. Erikson también no cree que una persona se convierte en totalmente atascada en una etapa como Freud cree. En cambio, cada etapa se basa en la siguiente, y cualquier característica que se adquiere en cada grupo de edad continuarán en el marco de la próxima etapa.

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